28 de enero de 2012
Capítulo 1x07: Un intruso a bordo
19:41 |
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Después de que Nélida consiguiera la brújula y el mapa, nuestros tripulantes iban a poner rumbo hacia su reino, pero algo estaba a punto de cambiar. Vito, Marcelo y César estaban pescando en cubierta.
Vito: Pues menos mal que Nélida ha conseguido la brújula y el mapa porque si no estaríamos perdidos… y en el sentido más estricto de la palabra.
César: A lo tonto tonto es la que nos está sacando las castañas del fuego.
Vito: Y tú ni un agradecimiento ni nada…
Marcelo: ¿Y yo que quieres que le diga?
Vito: Pues no sé… unas gracias, unas caricias, unos besos… ¡Anda pero si lo estás deseando!
Marcelo: No digas tonterías…
Vito: Nélida te tiene loco perdido… ay que tímido que eres para estas cosas…
César: (Suspira) Aaaay el amor… (Ve una botella en el agua con un papel) ¡Mirad! Es un mensaje metido en una botella… ¿Qué pondrá?
Marcelo: ¡Cógela!
César cogió la botella con ayuda de la caña de pescar introduciendo el cebo en la boca de la botella.
César: Aquí la tengo… Leo, ‘Tenéis una sorpresa en la bodega’.
Vito: Uy… ¿qué tipo de sorpresas?
Marcelo: ¡Vamos!
Los chicos se marcharon corriendo a la bodega, allí buscaron y entre unas grandes cajas encontraron lo que buscaban….
Marcelo: Violeta…
Violeta: Marcelo…
Minutos después, todos estaban en cubierta escuchando a Violeta que estaba dando sus explicaciones de cómo se había infiltrado en el barco.
Violeta: Entonces yo oí a Felipe decir que iba a mandar un ejército sobre este barco… (Llora) No quería permitir que murierais, sobretodo Marcelo… Entonces convencí a tu padre para que me infaltrara en este barco como espía… Pero es mentira, no lo soy… es para que ellos creyeran que estaba vigilando el barco y así dejaros en paz…
Marcelo: ¿Quieres que me crea eso?
Violeta: Marcelo, yo te quiero… Lo eres todo para mí, y lo sabes… Cuando me dejaste abandonada en Barcelona… me dolió mucho ¿sabes? Pero te supe perdonar…
Vito: Marcelo, no te ablandes que el perdón no sirve para nada…
Nélida: Entonces… ¿Tú sabes todo lo que trama Felipe?
Violeta: Sí… ¡Pero lucharé con vosotros para que todo eso no ocurra! Darme una oportunidad por favor…
Marcelo: No, lo siento pero no te creo…
Violeta: Marcelo, créeme por favor… Me quiero unir a vosotros porque no quiero que mueras…
César: Que romántico…
Violeta: No quiero que mueras Marcelo, porque… no quiero que tu hijo se quede sin padre…
Vito: ¡ENDÉ!
Marcelo: ¿Cómo que mi hijo? Violeta, ¿qué dices?
Violeta: Sí Marcelo, estoy embarazada de ti… Estoy de seis meses, cuando te marchaste estaba embarazada…
Marcelo: ¿Y por qué no me lo dijiste?
Violeta: ¡¡No me diste tiempo!! ¡¡Te fuiste sin avisar, Marcelo!! ¡¡Me dejaste tirada!! Pero bueno… eso ya es agua pasada… (Coge a Marcelo de las manos) Ahora ya estamos juntos… Los tres… Y te ayudaré en todo…
Marcelo: Está bien… Serás una más del Buque Piedra Esmeralda…
Violeta: ¡Gracias! (Abraza a Marcelo).
Marcela: Petra, hazle un hueco en tu camarote, dormirá contigo.
Petra (sarcástica): ¡Uy que bien voy a compartir camarote! ¡Que ilusión…!
Transcurrido un tiempo Petra estaba en la cocina del barco acompañada de Nélida.
Nélida: ¿Qué te parece Violeta?
Petra: ¿Qué que me parece? Uuuy… jaja mejor no te cuento nada…
Nélida: ¿Por qué? ¿Te cae mal?
Petra: ¡Es una mala pécora! ¡No me creo nada de lo que ha dicho esa bruja!
Nélida: A mí me da mala espina… Esa forma que tenía de hablar con Marcelo… me pone enferma.
Petra: Celos.
Nélida: ¿Qué?
Petra: Que esa enfermedad que tú dices, son celos…
Nélida: ¡Anda ya! ¿Yo? ¿Celos? Sí…
En cubierta, Marcelo, César y Vito estaban hablando de Violeta y Nélida.
Vito: ¡Sí! ¡Celos! Eso es lo que tiene… ¡Celos!
Marcelo: ¿Pero cómo me va a tener celos Nélida?
César: Yo también se lo he notado… Cuando una mujer tiene celos se nota a mil leguas…
Vito: Si lo dice César es por algo…
César: Y también se lo he notado a Petra…
Vito: ¡¿QUÉ?! … … … Ah bueno… jeje
Marcelo: Pues no sé… yo no le he notado rara…
César: Pues lleva cuidado porque las mujeres cuando están enamoradas, son capaces de todo… ¡De todo!
Era la hora de comer y todos los tripulantes del barco fueron a la cocina y se sentaron en la mesa.
César: ¡Hoy potaje de garbanzos!
Vito: César, me recuerdas a mi madre.
Violeta: Uy, potaje… Yo con el embarazo necesitaría algo más suave, las comidas fuertes me provocan gases y eso es malo para el bebé…
Marcelo: No te tenías que haber venido en tu estado…
Violeta: ¿Y que hubiera hecho? ¿Me quedo contu padre sabiendo que tarde o temprano nos va a matar?
Petra: Oye pues no sería mala idea…
Marcela: Petra, por dios.
Petra: Lo siento, era para romper un poco el hielo, que últimamente estamos muy serios.
César: Por cierto, esta tarde tenemos que parar en tierra, me he quedado sin perejil y necesito cogerlo…
Violeta: Podríamos parar a dos millas… fui de pequeña a una zona donde se cultivaba mucho perejil… Yo podría buscarlo…
César: Pues me parece estupendo.
Nélida: Yo puedo acompañarte.
Violeta: No, sino hace falta…
Nélida: Que si mujer, así te ayudo a traer más… Al fin y al cabo cuatro manos pueden más que dos…
Violeta: Bueno pues está bien… (Maldice a Nélida por dentro)
Marcelo: Llevar mucho cuidado.
Cayó la tarde sobre el océano y el buque llegó a tierra firme. Allí desembarcaron Violeta y Nélida en busca de perejil, pero la princesa no sabía que los planes de Violeta eran otros…
Nélida: ¿Aquí decías que había perejil?
Violeta: Sí…
Nélida: ¿Te pasa algo conmigo? Te noto distante…
Violeta: ¿Yo? Para nada… (Mira a un lado y a otro) Nélida, vamos a hacer una cosa… Sigue recto y allí encontrarás perejil… Yo tengo que ir un momento a un sitio…
Nélida: Está bien…
Violeta se dirigió hacia una desembocadura de un pequeño riachuelo. Al principio Nélida le hizo caso a Violeta y siguió el camino que le guió pero no se fiaba de ella y decidió seguirla. Violeta prosiguió su camino y a lo lejos divisó un gran barco pirata, la mujer se paró enfrente de él y de ese barco salió nada más y nada menos que Robert Shaw. Nélida se quedó tras un arbusto escuchando todo lo que decían.
Robert: Hola Violeta… ¿Has cumplido tu misión?
Violeta: Sí, me he infiltrado en el barco y nadie sospecha nada… Finjo muy bien, le he echado dos llantos tontos a Marcelo y el pobre se lo ha creído todo…
Robert: Pues ahora tienes que completar tu segunda misión.
Violeta: ¿Cuál es?
Robert: Matar a la princesa.
Violeta: ¿Qué? ¡Yo no pienso matar a la princesa! ¡No la voy a matar! Soy incapaz de ello…
Robert: Pues… si no lo haces… se lo diré a Felipe… y él te matará a ti… (Engancha a Violeta del cuello) O la matas, o nosotros te mataremos… Nos vemos mañana en una playa muy bonita…. Espero que lleves a tus compañeros hasta nosotros… Si cuando lleguen no la has matado… tendrás tu merecido…
Robert se vuelve y se monta en su barco. Violeta se queda en tierra pensando en que debe matar a la princesa, pero lo que ella no sabía, es que Nélida lo había oído todo… Pues estaba detrás de un arbusto…
Nélida: Dios mío… me he metido en la boca del lobo…
Violeta se dirigió al arbusto y sorprendió a Nélida.
Violeta: ¿Qué haces aquí? ¿No estabas recogiendo perejil?
Nélida: Yo… yo…
Nélida comenzó a correr y Violeta tras ella.
Violeta: ¡Párate! ¡No corras es inútil! ¡No corraaaaaaaas!
Nélida: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!
Violeta: ¡¡Detenteeeeeeeeee malditaaa!!
Nélida corría como alma que lleva el diablo y Violeta tras ella. Las dos mujeres corrían y corrían, cuando de repente Nélida chocó con Marcelo.
Nélida: ¡Ah!
Marcelo: ¿¡Qué pasa!? ¿Qué estabais haciendo?
Nélida: (Respira hondo) Violeta….
Violeta: (Improvisa) Sí… nos perseguían unos bandidos… Estamos vivas de milagro…
Marcelo: No tenía que haberos dejado solas… Vámonos al barco rápido… Sin perejil podemos vivir…
Violeta: (Abraza a Marcelo) Marcelo, mi amor, he pasado mucho miedo…
Marcelo: Ya pasó todo… No pasa nada… Ahora estás a salvo.
Nélida no podía más, tuvo que marcharse con Marcelo por resignación mirando de reojo a Violeta.
Los tres aventureros llegaron al buque Piedra Esmeralda, pronto los demás conocieron la noticia.
César: Vamos, que me quedo sin perejil ¿no? Pues a ver ahora que gusto echan las comidas….
Marcelo: Lo importante, es que Nélida y Violeta están bien…
Vito: Sí, sí… eso es primordial.
Anocheció y Nélida no podía más, tenía que contárselo todo a Marcelo. La princesa se dirigió a su camarote.
Nélida: ¿Marcelo? ¿Se puede?
Marcelo: Si, pasa, me iba a acostar ya pero… Para ti siempre hay tiempo…
Nélida: Creía que ahora todo el tiempo que tenías se lo ibas a dedicar a Violeta y a tú hijo…
Marcelo: No… bueno…. Cuéntame…
Nélida: Marcelo, esto es muy delicado… Esta tarde, Violeta y yo no corríamos porque nos perseguían unos bandidos… ¡Violeta está con ellos! ¡Está con ellos, Marcelo! Violeta se dirigió a una desembocadura y habló con Robert, le dijo que tenía que infiltrarse en el barco y que me tenía…. Me tenía que matar… ¡¡Violeta me quiere matar, Marcelo!! ¡Me quiere matar!
Marcelo: Que… ¿Qué dices? ¿Estás loca? ¡Violeta no sería capaz de hacer eso!
Nélida: (Llora) ¡Marcelo por dios créeme, es verdad! ¡Está con ellos!
Flashback de Marcelo: César: Pues lleva cuidado porque las mujeres cuando están enamoradas, son capaces de todo…
Marcelo: Nélida, deja de inventarte cosas… si es un ataque de celos no es mi problema…
Nélida: ¿Qué dices de ataque de celos?
Marcelo: Sé que no te hace gracia tener que convivir con Violeta… pero ella es la madre de mi hijo… y tendrás que aceptarla, te guste o no te guste. (Se va).
Nélida: ¡Marcelo por dios! ¡Tienes que hacerme caso! ¡Marcelo! (Cae al suelo rota de dolor) No… No… Ya no hago nada en este barco… Tengo las de perder… Tengo que irme… si sigo aquí no podré conseguir mi propósito.
Nélida se dirigió a su camarote y metió toda su ropa y provisiones en un saco. Salió de su camarote y se dirigió a cubierta. Allí bajó las escaleras y se subió a un bote salvavidas… En se mismo momento Petra vio lo que estaba haciendo Nélida.
Petra: ¡¿Qué haces?! ¿A dónde vas?
Nélida: ¡Tengo que irme! ¡Aquí corro peligro! ¡Violeta está con ellos y me quiere matar! Tengo que continuar la travesía yo sola… ¡Tengo que rescatar a Naisha! Y sino libero a mi pueblo, por lo menos quiero recuperar a mi padre… Lo haré yo sola, aquí estoy acabada.
Petra: ¿¡Cómo!? ¡Eso no es motivo para irte! ¡Quédate, convenceremos a Marcelo!
Nélida: Me voy… no hay vuelta atrás… Sabía que contactando con el hijo de ese criminal corría cierto peligro… y no me he equivocado… Petra, me voy… Hasta siempre…
Petra: Espera… me voy contigo… ¡No te puedo dejar marchar así!
Las dos muchachas se montaron en el bote y comenzaron su travesía rumbo a ninguna parte.
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