12 de mayo de 2012

postheadericon Capítulo 1x08: Trampa mortal


Petra y Nélida siguieron con su travesía tras abandonar el buque Piedra Esmeralda. Ambas muchachas estaban montadas en un bote.

Petra: Yo nunca creí a esa bruja de Violeta. Pero Nélida… sigo pensando que esto que estamos haciendo es muy arriesgado.
Nélida: Lo sé, pero yo no te quiero poner en peligro… No te tenías que haber venido…
Petra: No te puedo dejar sola…

De repente Petra y Nélida vieron a lo lejos una especie de barca. Venía hacia ellas.

Nélida: ¿Qué es eso?
Petra: ¡No sé pero estate alerta!

La barca se acercó al bote de Petra y Nélida, y un hombre saltó sobre ellas y se posó encima de Nélida.

Nélida: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Señor: ¡Estas aguas son mías vais a morir!
Petra: ¡Qué te lo has creído! (Desenvaina su espada).
Señor: ¡Uajajajajajajaja! ¡Aaah! (Cae al agua muerto).
Petra: ¿Qué ha pasado?

A lo lejos, Marcelo estaba en un bote con un arco, había lanzado una flecha al hombre.

Marcelo: ¡¿Qué habéis hecho?! ¿Por qué os habéis escapado?
Nélida: No me has creído… ¡Déjanos en paz!  
Marcelo: Vuelve porfavor, tenemos que solucionarlo todo.
Nélida: No, no voy a volver, no pienso volver a estar con Violeta…
Petra: Nélida, haz caso… esto será peor. Vamos a volver.

Nélida y Petra cedieron a volver al barco. Pero nadie sabía… que aquel hombre le había dado una nota a Nélida, la cual, la llevaba en su propia mano.

Amaneció sobre las brillantes aguas del océano. A primera hora de la mañana nuestros tripulantes estaban en cubierta. Violeta tenía que dar muchas explicaciones a Marcelo y a Nélida.

Violeta: ¿Sucede algo cariño? Todos me miráis con caras raras.
Marcelo: ¿Cómo nos has engañado de esta manera? 
Violeta: ¿Perdón?
Marcelo: ¡¡No te hagas la tonta, Nélida lo vio todo!! ¡Vio cómo te encontrabas con Robert! ¡Vio cómo te daba órdenes! Y como te dijo que la mataras.
Violeta: Lo siento… (Llora) No tengo otra alternativa Marcelo, Nélida lo siento. Perdóname… Pero no es lo que creéis. Os lo puedo explicar.
Vito: Pues somos todo oídos, porque yo también quiero enterarme del asunto.
Violeta: Nélida yo no te quiero matar, pero tengo que hacerle creer a Robert que sí lo quiero hacer… Si le digo a Robert que no te voy a matar, primero me matará a mí… y después os matarán a todos vosotros… ¡A todos!
César: Entonces… ¿Lo has hecho para salvarnos la vida?
Violeta: Sí…
Nélida: Entonces, ¿por qué cuando te espié me perseguiste y me querías matar?
Violeta: No Nélida, no quería matarte… Solo quería decirte que no le dijeras nada a Marcelo… Pero ya lo sabe. Esta tarde me veré otra vez con Robert y me preguntará si he matado a Nélida…
Marcelo: Te ayudaremos, acabaremos con Robert.
Violeta: ¡NO! Tengo que ir yo sola, yo misma me inventaré cualquier excusa para entretenerle más… No os podéis enfrentar a él… Os mataría… por favor, hacerme caso. Me inventaré cualquier excusa y así podremos huir de él.
Marcelo: Está bien, confiamos en ti.

Los tripulantes se separaron y Nélida fue a su camarote junto a Petra.

Petra: ¿Qué escondes?
Nélida: Nada.
Petra: Te he visto Nélida, llevas una nota. Dime que pone.
Nélida: Me lo dio ese señor que nos asaltó en el bote. (Lee): ‘Si quieres ver a tu amiga Naisha, nos vemos cuando se ponga el sol en un acantilado cercano a un pueblo a tres millas’.
Petra: Naisha… ¿Vas a ir?
Nélida: Pues claro que voy a ir, ¡tengo que recuperarla!
Petra: ¿Y si es una trampa? 
Nélida: No creo que lo sea.
Petra: Te acompaño si quieres.
Nélida: No, no quiero ponerte en peligro. Hazme caso Petra, a esto tengo que ir yo sola.

Vito estaba en la puerta del camarote escuchando toda la conversación, con forme la oyó fue a contársela a Marcelo que estaba en cubierta junto a César.

Vito: ¡Marcelo! ¡Marcelo! No te lo vas a creer…
Marcelo: ¿Qué ha pasado?
César: Con esa cara de susto que me lleva puede haber pasado cualquier cosa…
Vito: ¡Es Nélida! Ha recibido una nota… la nota pone que si quiere ver a su amiga Naisha tiene que dirigirse cuando se ponga el sol a un acantilado.
Marcelo: ¿Y va ir?
Vito: Sí Marcelo, y va a ir sola.
César: ¡Es una trampa! ¡Estoy seguro de que es una trampa! ¡Tienes que ir con ella!
Vito: Creo que no te dejará…. Petra le ha pedido permiso para irse con ella y no ha querido que le acompañara.
Marcelo: Entonces tendré que irme con ella sin que se entere.
César: Lleva cuidado Marcelo.

Cayó la tarde. El buque Piedra Esmeralda desembarcó en un pequeño puerto de un pueblecito que estaba a las orillas del mar. Ahí desembarcó primero Violeta y pasado un tiempo Nélida se bajó del barco.

Nélida: Yo me tengo que ir también. No es nada, solo que necesito despejarme un poco, me daré un pequeña vuelta por el pueblo.
Marcelo: Lleva cuidado.
Nélida: Vale.

Nélida se bajó del barco y Marcelo, César, Vito y Petra se quedaron solos.

Marcelo: Yo también me voy, tengo que proteger a Nélida.
Petra: Pero ella no quiere que se vaya nadie con ella.
Marcelo: No se va a enterar. Petra, te dejo al mando del barco.
Vito: ¡Anda! ¿Y a mí no?
Petra: No te preocupes Marcelo, lo protegeré como si fuera mi propia vida. ¡Y me encargaré de estos renacuajos!
Vito (le dice a César al oído): Eso va por ti.
César: O por ti, jajaja.

Violeta se dirigió a una pequeña playa, como bien le dijo Robert. Allí se encontraba él pirata más temido de los siete mares. Violeta se puso frente a él.

Robert: ¿Y bien? ¿Dónde está el cuerpo de Nélida?
Violeta: Verás… me han pillado.
Robert: ¡¿QUÉ?! (Le arrea un bofetón a Violeta y ésta se cae al suelo).
Violeta: ¡¿Qué haces?! ¡¡Déjame que te explique!!
Robert: ¡Ya no nos sirves para nada Violeta! ¡¡Ya no nos sirves!! (Desenvaina su espada) ¡Despídete!
Violeta: ¡No! ¡Espera, espera! He sido astuta y les he convencido de que he venido solo para que ellos puedan huir, pero no, no han huido, están esperándome. El barco está anclado en un pequeño puerto. Tenéis la oportunidad de acabar con la vida de todos ellos…
Robert: Ajá, o sea que podemos matarlos a todos.
Violeta: Sí, os los he puesto en bandeja.
Robert: Ahora mismo pondré mi ejército sobre ellos. Jajaja.
Violeta: ¿Y qué vas a hacer conmigo? Llévame a tu barco
Robert: ¿A mi barco? Por favor… ¡Da gracias a que no te he matado!

Robert se vuelve para irse.

Violeta: ¡Espera! ¡Por allí se llega antes al puerto! (Señala un camino).
Robert: Gracias.

Violeta tirada en el suelo y humillada había conducido a Robert por un camino más largo.

Violeta: ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Malditooooooooo! ¡¿Cómo pude confiar en él?! ¡A mí nadie me humilla! Me voy a vengar, maldito… ¡Tengo que llegar antes que él al barco para avisarles! ¡Ese hijo de puta no se va a salir con la suya! ¡NO!

Por otro lado, Nélida, había llegado al acantilado… Al principio no vio nada pero ella insistió y siguió buscando por los alrededores. Cruzó unos espesos arbustos y tras sobrepasarlos…

Nélida: ¡Ah! ¡¡Naishaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Nélida se había encontrado con su amiga Naisha, la princesa corrió hacia a ella y la abrazó con fuerza.

Nélida: ¡Naisha amiga estás viva! ¡Estás guapísima! ¡Cuánto te he echado de menos!
Naisha: Yo también te he echado mucho de menos, Nélida te quiero mucho, por fin nos volvemos a encontrar… Pero por favor, ahora vete. ¡Vete!
Nélida: ¿Cómo que vete? ¿Por qué quieres que me vaya?
Naisha: ¡Nélida vete por favor! ¡Es una trampaaaaaaaaa!

De repente un dardo salió disparado e impactó en el tobillo de la princesa. Nélida cayó al suelo, no podía caminar.

Nélida: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaah!
Naisha: Te lo dije Nélida… (Llora). Es una trampa.

Un hombre que estaba oculto en unos árboles salió a ver la escena, fue él quien disparó aquel dardo… fue nada más y nada menos que Felipe de Mendoza… 

Felipe: Jajajajajajajaja,has caído en la trampa, ahora te tengo en mis manos.
Nélida: Tú… Tú eres el que has causado tanto daño a mi reino… ¡TÚ! (Escupe a la cara de Felipe) ¡Me das asco! ¡ASCO!
Felipe: Niñata…. (Engancha a Nélida de los pelos) ¡Me vuelves a hacer eso y te rompo la cara! Bueno… jajaja… ¿Por qué romperte la cara pudiéndote matar?
Naisha: No le hagas nada a Nélida, por favor.
Felipe: Tú cállate. (Levanta a Nélida) ¿Preparada para morir?
Nélida: No tengo otra opción… Si muero aquí moriré como la persona que intentó salvar su reino.
Naisha: Nélida…
Nélida: No llores Naisha… No llores… Te quiero.
Felipe: ¡Muereeeeeeeeeeeeeeee! 

Felipe fue a clavarle su espada en el pecho cuando de repente…. Apareció un ser querido.

Marcelo: ¡Alto ahí! 
Felipe: Esa voz…. (Se vuelve) ¡Hijo, querido!
Marcelo: Yo ya no soy tu hijo… ¿cómo has podido hacer esto?
Felipe: ¿Y tú como has podido traicionarme? Yo soy tu padre… ¡Conquisté aquel reino para darte un buen futuro!
Marcelo: Para darme un buen futuro no hace falta matar a miles de personas… Yo no quiero esto… No quiero…
Felipe: Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Matar a tu propio padre?
Marcelo: Si es lo que tengo que hacer para salvar a miles de personas… No tendré más remedio que hacerlo, Total… para lo que te he tenido… ¡Cuando más te necesitaba nunca estabas! ¡NUNCA! Fui feliz hasta que murió mi madre…
Felipe: Te equivocas Marcelo, tu madre sigue viva…
Marcelo: ¡¿QUÉ?!
Felipe: Descubrió mis planes en Varanasi, y yo no tuve más remedio que exiliarla… Le desterré y la abandoné en el desierto… (Mira a Nélida) Quizás tu padre la conoce, Nélida.
Nélida: ¡Maldito! ¿¡Dónde tenéis a mi padre!?
Felipe: En el mismo sitio dónde está Dorotea… (Mira a Marcelo) Tú madre…
Marcelo: Devuélveme a mi madre.
Felipe: No, Marcelo, ahora es el momento de matar a esta muchacha, ¿no crees?
Marcelo: ¡Noooooooo! ¡No le hagas nada a Nélida! ¡NO!
Nélida: Suéltameeeeee.
Felipe: Está bien hijo… No le haré nada… Es una muchacha muy bella, no se merece morir. Pero… ¿qué te parece que hagamos un trato? Es lo justo ¿no?
Marcelo: ¿Qué trato es ese?
Felipe: La princesita o tu tripulación. Un ejército de mis piratas se dirige hacia tu barco… ¿Quieres a tu tripulación con vida y a la princesa muerta… o tu querida princesa viva y tu tripulación muerta?
Nélida: Marcelo…
Marcelo: Dios mío…

Por otro lado, Violeta consiguió llegar a tiempo al barco para avisar a Petra, Vito y César. La mujer subió al barco con fuerzas de flaqueza.

Violeta: ¡Tenéis que huir! ¡Si no nos vamos os van a matar!
Petra: ¡¿Qué?!
Violeta: ¡No hay tiempo para explicaciones! ¡El ejército de Robert el temido viene hacia aquí! ¡Rápido tenemos que huir!
Vito: ¡Dios mío vámonos de aquí cagando leche!
César: ¿Pero y nuestras provisiones? ¿Y nuestras ropas?
Petra: ¡Vámonooooos! ¡¡No hay tiempo!!

Petra, César y Vito salieron del barco, pero Violeta se quedó dentro.

Petra: Violeta, ¿qué haces? ¡Baja de ahí!
Violeta: No… yo me quedo.
Vito: ¡Sal de ahí!
Violeta: ¡NO! ¡Vamos! ¡Marchaaaaaaad! ¡RÁPIDOOOOOOOOO!

César, Petra y Vito comenzaron a correr y se alejaron del barco. Violeta no podía marcharse… Pues no podía seguir viviendo con ese remordimiento.

Violeta: No puedo seguir viviendo con esto sobre mi conciencia… Nunca me perdonaría haber ayudado a Felipe y Robert a conquistar y matar a miles de personas… ¡Este final es el que me merezco! (Se toca la tripa) Lo siento…

El barco de Robert se posó frente al Piedra Esmeralda.

Robert: ¡TRES! ¡DOS! ¡UNO….! ¡¡DISPAREN!!

El ejército de Robert bombardeó el buque Piedra Esmeralda…. Se oyó una gran explosión… El barco de nuestros aventureros, había quedado hecho trizas.
César, Petra y Vito, al oír tal impacto se asomaron al mar y vieron como su barco, se estaba hundiendo en las profundidades del océano.

César: ¡Nuestro barco! ¡Dios mío! ¿Qué vamos a hacer ahora?

En el acantilado donde estaban Nélida, Felipe, Naisha y Marcelo también se oyó el bombardeo.

Felipe: Vaya… parece que he propuesto el trato demasiado tarde… Tus tripulantes han muerto.
Marcelo: No… (Se asomó por el acantilado y vio a su barco hecho añicos) ¡Noooooooooooooo! ¡PETRA! ¡CÉSAR! ¡VITO! (Cae al suelo roto de dolor) ¡Nooooooooooooooooooooooooooooooo! ¡NO! ¡NO! (Se levanta del suelo lleno de rabia) ¡¡Me las vas a pagar!!
Felipe: Pues ahora despídete de la princesa.

Nélida con las lágrimas cayendo de sus ojos le pegó un mordisco a Felipe, se liberó de sus brazos y fue junto a Marcelo.

Felipe: Que te hayas liberado de mí, no significa que no vayas a morir…. 

Felipe sacó un arpón y disparó justo al corazón de Nélida.

Naisha: ¡Nélidaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Naisha corrió a salvar a Nélida y se situó justo frente a ella impactando sobre su pecho el arpón que había lanzado Felipe.

Felipe: ¡Maldición!
Nélida: ¡Naishaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Aaaaah!
Naisha: Lo siento Nélida.
Nélida: ¡Naishaaa! ¡Naishaaaaaaaaaaaa! No, por favor, no me dejes… tenemos un trato, junto a ti he pasado toda mi vida, no me puedes abandonar así, por favor Nélida. Tenemos que salvar nuestro reino.
Naisha: Siento no haberte podido ayudar a recuperar tu reino… Pero tengo la esperanza de que lo harás… Lo vas a recuperar… Te quiero… (Cierra los ojos y muere).
Nélida: ¡Naisha noooooo! ¡Noooooo!
Marcelo: ¡Vámonos es nuestra oportunidad!
Nélida: ¡Déjame con Naisha!
Marcelo: ¡No Nélida! ¡NO!

Marcelo cogió a Nélida y la posó sobre sus hombres… La princesa y Marcelo estaban rotos de dolor… Pues habían perdido a sus seres más queridos…. Marcelo corrió para huir de  su padre.

Nélida: ¡Naishaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Felipe: Huir cuanto queráis. No tenéis barco… No tenéis escapatoria…

Marcelo bajó al pueblo y dejó a Nélida en el suelo.

Marcelo: Vamos Nélida….
Nélida: ¿A dónde? Ya no podemos ir a ningún lado… No me he podido despedirme d mi amiga…
Marcelo: (Derrama una lágrima) Ha sido todo una maldita trampa… Nos hemos quedado sin tripulación, sin barco. Pero podremos recuperar tu reino… Estamos solos tú y yo, vamos, Nélida…
Nélida: ¿A dónde?

De repente, César, Vito y Petra salieron de entre unas rocas donde estaban escondidos.

Petra: ¡¡Marcelo!! (Abrazó muy fuerte a Marcelo).
Marcelo: ¡¡Petra!! ¡¡César!! ¡¡Vito!! ¡Estáis vivos!
Vito: Sí… y por los pelos…
Marcelo: ¡¿Pero cómo?! ¡¿No estabais en el barco?!
César: Violeta nos avisó de todo y conseguimos escapar gracias a ella.
Marcelo: ¿Y dónde está?
Petra: No quiso escapar… Violeta ha muerto, Marcelo, lo siento.
Marcelo: (Mira al suelo y derrama una lágrima) Mi hijo…
César: Bueno, pero lo importante, es que nosotros estamos vivos…
Marcelo: Sí… Y con o sin barco… Lograremos liberar a tu reino, Nélida, ahora más que nunca…
Vito: Nunca tiraremos la toalla, pero lo veo difícil, sin barco…
Marcelo: ¡A la mierda el barco! Lo importante es que nos tenemos a nosotros, y con eso basta. 

Los cinco aventureros se dieron un abrazo juntos… Eran conscientes que se habían quedado sin su principal medio de transporte y que sin él no podían hacer nada… Pero aun así, ellos no perdían la esperanza.

A la noche, Felipe y Robert estaban reunidos en su barco… Ellos creían que César, Vito y Petra habían muerto.

Felipe: ¡Mi hijo y la princesita siguen vivos! 
Robert: ¿Y qué vas a hacer señor?
Felipe: Hemos perdido mucho tiempo…
Robert: Podría hablar con Marcelo y engatusarle con el cofre de la Calavera Dorada, el viejo que maté en Barcelona me dijo que su mayor pasión era encontrarlo…
Felipe: No, voy a hacer algo que tenía que haber hecho desde hace mucho…
Robert: ¿Vas a repartir eso?
Felipe: Sí, Robert, manda a tus hombres a que repartan estos papeles por todo el mundo… Se busca a Marcelo de Mendoza y Nélida Yampur, con una recompensa de cien mil monedas de oro…. Vivos o muertos… pero los quiero…



Mientras todo esto ocurría, en las profundidades del desierto del Rajasthan, un hombre y una mujer estaban presos.

Dorotea: Ya llevamos más de tres mil días aquí encerrados.
Mitali: Ay que tener paciencia, Dorotea, seguro que algún día nos sacarán de aquí.



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