Después de que Nélida consiguiera la brújula y el mapa, nuestros tripulantes iban a poner rumbo hacia su reino, pero algo estaba a punto de cambiar. Vito, Marcelo y César estaban pescando en cubierta.

Vito: Pues menos mal que Nélida ha conseguido la brújula y el mapa porque si no estaríamos perdidos… y en el sentido más estricto de la palabra.

César: A lo tonto tonto es la que nos está sacando las castañas del fuego.

Vito: Y tú ni un agradecimiento ni nada…

Marcelo: ¿Y yo que quieres que le diga?

Vito: Pues no sé… unas gracias, unas caricias, unos besos… ¡Anda pero si lo estás deseando!

Marcelo: No digas tonterías…

Vito: Nélida te tiene loco perdido… ay que tímido que eres para estas cosas…

César: (Suspira) Aaaay el amor… (Ve una botella en el agua con un papel) ¡Mirad! Es un mensaje metido en una botella… ¿Qué pondrá?

Marcelo: ¡Cógela!

César cogió la botella con ayuda de la caña de pescar introduciendo el cebo en la boca de la botella.

César: Aquí la tengo… Leo, ‘Tenéis una sorpresa en la bodega’.

Vito: Uy… ¿qué tipo de sorpresas?

Marcelo: ¡Vamos!

Los chicos se marcharon corriendo a la bodega, allí buscaron y entre unas grandes cajas encontraron lo que buscaban….

Marcelo: Violeta…

Violeta: Marcelo…

Minutos después, todos estaban en cubierta escuchando a Violeta que estaba dando sus explicaciones de cómo se había infiltrado en el barco.

Violeta: Entonces yo oí a Felipe decir que iba a mandar un ejército sobre este barco… (Llora) No quería permitir que murierais, sobretodo Marcelo… Entonces convencí a tu padre para que me infaltrara en este barco como espía… Pero es mentira, no lo soy… es para que ellos creyeran que estaba vigilando el barco y así dejaros en paz…

Marcelo: ¿Quieres que me crea eso? 

Violeta: Marcelo, yo te quiero… Lo eres todo para mí, y lo sabes… Cuando me dejaste abandonada en Barcelona… me dolió mucho ¿sabes? Pero te supe perdonar…

Vito: Marcelo, no te ablandes que el perdón no sirve para nada…

Nélida: Entonces… ¿Tú sabes todo lo que trama Felipe?

Violeta: Sí… ¡Pero lucharé con vosotros para que todo eso no ocurra! Darme una oportunidad por favor…

Marcelo: No, lo siento pero no te creo…

Violeta: Marcelo, créeme por favor… Me quiero unir a vosotros porque no quiero que mueras…

César: Que romántico…

Violeta: No quiero que mueras Marcelo, porque… no quiero que tu hijo se quede sin padre…

Vito: ¡ENDÉ!

Marcelo: ¿Cómo que mi hijo? Violeta, ¿qué dices?

Violeta: Sí Marcelo, estoy embarazada de ti…  Estoy de seis meses, cuando te marchaste estaba embarazada…

Marcelo: ¿Y por qué no me lo dijiste?

Violeta: ¡¡No me diste tiempo!! ¡¡Te fuiste sin avisar, Marcelo!! ¡¡Me dejaste tirada!! Pero bueno… eso ya es agua pasada… (Coge a Marcelo de las manos) Ahora ya estamos juntos… Los tres… Y te ayudaré en todo…

Marcelo: Está bien… Serás una más del Buque Piedra Esmeralda…

Violeta: ¡Gracias! (Abraza a Marcelo).

Marcela: Petra, hazle un hueco en tu camarote, dormirá contigo.

Petra (sarcástica): ¡Uy que bien voy a compartir camarote! ¡Que ilusión…!

Transcurrido un tiempo Petra estaba en la cocina del barco acompañada de Nélida.

Nélida: ¿Qué te parece Violeta?

Petra: ¿Qué que me parece? Uuuy… jaja mejor no te cuento nada…

Nélida: ¿Por qué? ¿Te cae mal? 

Petra: ¡Es una mala pécora! ¡No me creo nada de lo que ha dicho esa bruja!

Nélida: A mí me da mala espina… Esa forma que tenía de hablar con Marcelo… me pone enferma.

Petra: Celos.

Nélida: ¿Qué?

Petra: Que esa enfermedad que tú dices, son celos…

Nélida: ¡Anda ya! ¿Yo?  ¿Celos? Sí…

En cubierta, Marcelo, César y Vito estaban hablando de Violeta y Nélida.

Vito: ¡Sí! ¡Celos! Eso es lo que tiene… ¡Celos!

Marcelo: ¿Pero cómo me va a tener celos Nélida?

César: Yo también se lo he notado… Cuando una mujer tiene celos se nota a mil leguas…

Vito: Si lo dice César es por algo…

César: Y también se lo he notado a Petra…

Vito: ¡¿QUÉ?! … … … Ah bueno… jeje

Marcelo: Pues no sé… yo no le he notado rara…

César: Pues lleva cuidado porque las mujeres cuando están enamoradas, son capaces de todo… ¡De todo!

Era la hora de comer y todos los tripulantes del barco fueron a la cocina y se sentaron en la mesa.

César: ¡Hoy potaje de garbanzos!

Vito: César, me recuerdas a mi madre.

Violeta: Uy, potaje… Yo con el embarazo necesitaría algo más suave, las comidas fuertes me provocan gases y eso es malo para el bebé…

Marcelo: No te tenías que haber venido en tu estado…

Violeta: ¿Y que hubiera hecho? ¿Me quedo contu padre sabiendo que tarde o temprano nos va a matar?

Petra: Oye pues no sería mala idea…

Marcela: Petra, por dios.

Petra: Lo siento, era para romper un poco el hielo, que últimamente estamos muy serios.

César: Por cierto, esta tarde tenemos que parar en tierra, me he quedado sin perejil y necesito cogerlo…

Violeta: Podríamos parar a dos millas… fui de pequeña a una zona donde se cultivaba mucho perejil… Yo podría buscarlo…

César: Pues me parece estupendo.

Nélida: Yo puedo acompañarte.

Violeta: No, sino hace falta…

Nélida: Que si mujer, así te ayudo a traer más… Al fin y al cabo cuatro manos pueden más que dos…

Violeta: Bueno pues está bien… (Maldice a Nélida por dentro)

Marcelo: Llevar mucho cuidado.

Cayó la tarde sobre el océano y el buque llegó a tierra firme. Allí desembarcaron Violeta y Nélida en busca de perejil, pero la princesa no sabía que los planes de Violeta eran otros…

Nélida: ¿Aquí decías que había perejil?

Violeta: Sí…

Nélida: ¿Te pasa algo conmigo? Te noto distante…

Violeta: ¿Yo? Para nada… (Mira a un lado y a otro) Nélida, vamos a hacer una cosa… Sigue recto y allí encontrarás perejil… Yo tengo que ir un momento a un sitio…

Nélida: Está bien…

Violeta se dirigió hacia una desembocadura de un pequeño riachuelo. Al principio Nélida le hizo caso a Violeta y siguió el camino que le guió pero no se fiaba de ella y decidió seguirla. Violeta prosiguió su camino y a lo lejos divisó un gran barco pirata, la mujer se paró enfrente de él y de ese barco salió nada más y nada menos que Robert Shaw. Nélida se quedó tras un arbusto escuchando todo lo que decían.

Robert: Hola Violeta… ¿Has cumplido tu misión?

Violeta: Sí, me he infiltrado en el barco y nadie sospecha nada… Finjo muy bien, le he echado dos llantos tontos a Marcelo y el pobre se lo ha creído todo…

Robert: Pues ahora tienes que completar tu segunda misión.

Violeta: ¿Cuál es?

Robert: Matar a la princesa.

Violeta: ¿Qué? ¡Yo no pienso matar a la princesa! ¡No la voy a matar! Soy incapaz de ello…

Robert: Pues… si no lo haces… se lo diré a Felipe… y él te matará a ti… (Engancha a Violeta del cuello) O la matas, o nosotros te mataremos… Nos vemos mañana en una playa muy bonita…. Espero que lleves a tus compañeros hasta nosotros… Si cuando lleguen no la has matado… tendrás tu merecido… 

Robert se vuelve y se monta en su barco. Violeta se queda en tierra pensando en que debe matar a la princesa, pero lo que ella no sabía, es que Nélida lo había oído todo… Pues estaba detrás de un arbusto…

Nélida: Dios mío… me he metido en la boca del lobo…

Violeta se dirigió al arbusto y sorprendió a Nélida.

Violeta: ¿Qué haces aquí? ¿No estabas recogiendo perejil?

Nélida: Yo… yo…

Nélida comenzó a correr y Violeta tras ella.

Violeta: ¡Párate! ¡No corras es inútil! ¡No corraaaaaaaas!

Nélida: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!

Violeta: ¡¡Detenteeeeeeeeee malditaaa!!

Nélida corría como alma que lleva el diablo y Violeta tras ella. Las dos mujeres corrían y corrían, cuando de repente Nélida chocó con Marcelo.

Nélida: ¡Ah!

Marcelo: ¿¡Qué pasa!? ¿Qué estabais haciendo?

Nélida: (Respira hondo) Violeta….

Violeta: (Improvisa) Sí… nos perseguían unos bandidos… Estamos vivas de milagro…

Marcelo: No tenía que haberos dejado solas… Vámonos al barco rápido… Sin perejil podemos vivir…

Violeta: (Abraza a Marcelo) Marcelo, mi amor, he pasado mucho miedo… 

Marcelo: Ya pasó todo… No pasa nada… Ahora estás a salvo.

Nélida no podía más, tuvo que marcharse con Marcelo por resignación mirando de reojo a Violeta.

Los tres aventureros llegaron al buque Piedra Esmeralda, pronto los demás conocieron la noticia.

César: Vamos, que me quedo sin perejil ¿no? Pues a ver ahora que gusto echan las comidas….

Marcelo: Lo importante, es que Nélida y Violeta están bien…

Vito: Sí, sí… eso es primordial.

Anocheció y Nélida no podía más, tenía que contárselo todo a Marcelo. La princesa se dirigió a su camarote.

Nélida: ¿Marcelo? ¿Se puede?

Marcelo: Si, pasa, me iba a acostar ya pero… Para ti siempre hay tiempo…

Nélida: Creía que ahora todo el tiempo que tenías se lo ibas a dedicar a Violeta y a tú hijo…

Marcelo: No… bueno…. Cuéntame…

Nélida: Marcelo, esto es muy delicado… Esta tarde, Violeta y yo no corríamos porque nos perseguían unos bandidos… ¡Violeta está con ellos! ¡Está con ellos, Marcelo! Violeta se dirigió a una desembocadura y habló con Robert, le dijo que tenía que infiltrarse en el barco y que me tenía…. Me tenía que matar… ¡¡Violeta me quiere matar, Marcelo!! ¡Me quiere matar!

Marcelo: Que… ¿Qué dices? ¿Estás loca? ¡Violeta no sería capaz de hacer eso!

Nélida: (Llora) ¡Marcelo por dios créeme, es verdad! ¡Está con ellos!

Marcelo: Nélida, deja de inventarte cosas… si es un ataque de celos no es mi problema…

Nélida: ¿Qué dices de ataque de celos?

Marcelo: Sé que no te hace gracia tener que convivir con Violeta… pero ella es la madre de mi hijo… y tendrás que aceptarla, te guste o no te guste. (Se va).

Nélida: ¡Marcelo por dios! ¡Tienes que hacerme caso! ¡Marcelo! (Cae al suelo rota de dolor) No… No… Ya no hago nada en este barco… Tengo las de perder… Tengo que irme… si sigo aquí no podré conseguir mi propósito.

Nélida se dirigió a su camarote y metió toda su ropa y provisiones en un saco. Salió de su camarote y se dirigió a cubierta. Allí bajó las escaleras y se subió a un bote salvavidas… En se mismo momento Petra vio lo que estaba haciendo Nélida.

Petra: ¡¿Qué haces?! ¿A dónde vas?

Nélida: ¡Tengo que irme! ¡Aquí corro peligro! ¡Violeta está con ellos y me quiere matar! Tengo que continuar la travesía yo sola… ¡Tengo que rescatar a Naisha! Y sino libero a mi pueblo, por lo menos quiero recuperar a mi padre… Lo haré yo sola, aquí estoy acabada.

Petra: ¿¡Cómo!? ¡Eso no es motivo para irte! ¡Quédate, convenceremos a Marcelo!

Nélida: Me voy… no hay vuelta atrás… Sabía que contactando con el hijo de ese criminal corría cierto peligro… y no me he equivocado… Petra, me voy… Hasta siempre…

Petra: Espera… me voy contigo… ¡No te puedo dejar marchar así!

Las dos muchachas se montaron en el bote y comenzaron su travesía rumbo a ninguna parte.

Hace ya tres meses que nuestros tripulantes del Buque Piedra Esmeralda partieron desde el Nuevo Mundo, aun les quedaban meses de travesía para llegar hasta el reino de Nélida… pero una mañana, sucedió algo inesperado… Nuestros tripulantes se hallaban en cubierta cuando de repente unos bandidos asaltaron al barco.

Bandido1: ¡Hola infelices!

Marcelo: ¡En guardia! (Desenvaina la espada).

César: ¡¿Cómo han entrado?!

Vito: Debió de ser ayer cuando paramos en el puerto… 

Bandido2: Exacto, nos hemos colado en la bodega.

Marcelo: ¡Proteger a Nélida!

Petra: ¡Já! ¡Os habéis equivocado de barco chavalotes!

Los bandidos comenzaron a luchar contra Petra y Marcelo… Trascurrido un tiempo todos y cada uno de los tripulantes estaban atados al mástil del barco.

Vito: ¿Y ésta era la mejor espadachín? (Refiriéndose a Petra).

Petra: Eran ciento y la madre… ¿Yo qué quieres que haga?

Nélida: ¡Se van a llevar todo nuestro botín!

Marcelo: ¡¡Soltarme malnacidos!!

Bandido2: ¡Púdrete!

Mientras que los tripulantes del barco estaban maniatados, los bandidos saquearon el barco, desataron a los chicos y se largaron de aquel lugar sin dejar rastro.

Márcelo: ¡Mirad a ver que se han llevado! 

César: ¡Cómo se hayan llevado mis cazuelas estamos perdidos!

Márcelo: (A Nélida) ¿Estás bien?

Nélida: Sí… no me ha pasado nada… Y no estés todo el día encima de mí… Sé cuidarme yo sola…

Márcelo: Lo siento…

César y Vito volvieron de inspeccionar el barco.

Vito: Marcelo… el botín no se lo han llevado, está intacto…

César: Y la comida, y las provisiones… no falta ni una…

Márcelo: Esto es muy raro…

Petra llegó muy sulfurada a cubierta después de ver que habían robado.

Petra: ¡¡Marcelo!! ¡¡Marcelo!! ¡Nos han robado todas las brújulas y todos los mapas!

Márcelo: ¡¡¿QUÉ?!!

Vito: ¡Ay dios mío! ¡Estamos perdidos en la inmensidad del océano!

Nélida: Sin brújula y mapa nunca podremos llegar a mi reino…

Márcelo: ¡¡¿Pero qué clase de bandidos roban brújulas y mapas?!

Nélida: Un momento… (Se pone a pensar) Esos bandidos hablaban muy bien el español… ¡Eso quiere decir que estamos en aguas españolas!

Vito: Uy sí muy bien, sabemos dónde estamos… ¡¡Pero no sabemos dónde ir!!

Marcelo: Espera… Sigue, Nélida…

Nélida: ¡Pues es que todo encaja! ¡Estamos en territorio español! ¡Ya pasaron tres meses y Jimmy y su ejército seguro que ya han regresado a las Españas!

Marcelo: Eso quiere decir…

Nélida: Que tu padre sabe que estamos aquí… y que ha organizado todo esto para desorientarnos… y no tener escapatoria… Tu padre no quiere que vayamos a mi reino…

Marcelo: ¡Mierda mierda mierda!

Nélida: ¡Tranquilízate Marcelo!

Marcelo: ¡¡¿Cómo quieres que me tranquilice?!! ¡¡Mi padre me ha tendido una trampa!! ¡Mi propio padre!

Vito: Yo no suelo ser muy sensato… Pero tenemos que buscar tierra firme y encontrar una brújula y un mapa antes de que el ejército de tu padre nos alcance…

Nélida: ¡Sí es lo mejor!

César (filosóficamente hablando): La mente humana es una caja de sorpresas…

Petra: ¡Pues no hay más que hablar encontremos tierra cuanto antes!

Marcelo: ¡Vamos!

Nélida: (Mira al cielo) Naisha…

En Barcelona, concretamente en el palacio del marquesado de Mendoza, Felipe, el marqués, estaba en su alcoba escribiendo correspondencias cuando de repente Robert Shaw le interrumpió abriendo la puerta rápidamente.

Felipe: ¡¡Pero bueno!! ¡¿Qué falta de respeto es ésta?!

Robert: Señor, hemos vuelto…

Felipe: ¡Oh! ¡Robert! ¡Cuánto tiempo sin verte! (Se levanta de la silla) Por fin has llegado… ¿tienes noticias para mí? ¿Has capturado a mi hijo?

Robert: No del todo, señor…

Felipe: (Mira a Robert con mala cara) ¿Cómo que no del todo…? No me digas que no habéis capturado a mi hijo… Porque lo habéis capturado… ¿verdad?

Robert: Señor, lo siento, llegó al poblado indígena y no sé qué paso que arrasaron con todo… se llevaron nuestro botín, nuestras provisiones y… (Mira hacia abajo) Se llevaron a la princesa.

Las últimas palabras de Robert impactaron en Felipe, el marqués no se creía lo que estaba escuchando, cargado de ira da un golpe en la mesa y le da una patada a la silla que la tira al suelo.

Felipe: ¡¡¡¿PERO COMO HA PODIDO PASAR ESTO?!!!! ¡¡Maldita sea!! ¡MALDITA! ¡Te contraté porque eras el pirata más temido! ¡Te pagué con monedas de oro de valores incalculables! ¡Y puse en peligro mi vida para tenerte conmigo! ¡¿Y me lo pagas con esto?!

Robert: Lo siento, perdóneme…

Felipe: El perdón no se paga con una palabra…

Robert: No me va a matar… además… Tenemos a tu hijo y a sus amigos acorralados, mi ejército le ha dejado sin brújulas y mapas, no pueden escapar… Y tengo un plan B…

Robert abre la puerta de la alcoba y unos esclavos hacen pasar a Naisha.

Robert: Su nombre es Naisha, es la mejor amiga de la princesa… Y su punto débil… Nélida nunca permitiría que le hiciéramos daño a esta belleza…

Naisha: Estúpido…

Felipe: Vaya… no está mal… Pero lo reforzaremos con el punto débil de mi hijo… Adelante Violeta…

Violeta salió por una puerta escondida de la alcoba, en su barriga ya se le notaba ese embarazo de seis meses.

Violeta: Nuestros planes tienen que salir a la perfección… Haré todo lo que esté en mi mano… Marcelo me ama, y más teniendo a un hijo creciendo en mi interior… Jajajaja

Felipe: Mejor, no vas a preparar a tu ejército… Vas a preparar mi ejército porque yo también voy a poner rumbo a Varanasi… Pero antes tú vas a llevar a Violeta hasta ellos y se va a infiltrar en el barco de mi hijo, cuando ellos lleguen a Varanasi, Violeta nos contará todos sus planes jajajaja…

Violeta: Felipe, sabré ganarme la confianza de su hijo y de sus amigos…

Felipe: Robert, mientras que tú pones rumbo también a Varanasi, podrías ponerle obstáculos por el camino y trampas… Pues yo tengo que llegar allí antes que ellos…

Robert: Está bien…

Felipe: Pero antes… déjame disfrutar de esta belleza…

Robert y Violeta se retiran de la alcoba y Felipe se queda solo con Naisha.

Naisha: No me toque…

Felipe: ¡Te toco si quiero! (Desnuda a Naisha) ¿Has probado barón? Espero estar a la altura… jajajaja…

Naisha: ¡No por favor! ¡Noooooooooooooooooooooo! (Llora amargamente).

Mientras Robert preparaba su ejército para llevar a Violeta hasta ellos, los tripulantes del Buque Piedra Esmeralda ya habían desembarcado y estaban cerca de la costa con una misión, encontrar brújula y mapa antes de que sean alcanzados por el ejército de Robert y Felipe.

Vito: Esto está más solitario…

César: Vito, no tires la toalla tan rápido, la esperanza es lo último que se pierde…

Vito: Ya, ya…

Petra: ¿Y si nos dividimos?

Marcelo: Buena idea… Cuando el sol se ponga nos juntamos todos en la costa donde está anclado el barco… Nélida tu vendrás conmigo, Vito, César y Petra llevad cuidado…

Petra: Petra siempre lleva cuidado…

César, Petra y Vito se separan de Nélida y Marcelo, todos siguen su camino.

Marcelo: Sigues pensando en Naisha ¿no? Crees que está con Robert y mi padre…

Nélida: Sí Marcelo, y tengo que recuperarla… ¡Tengo que recuperarla! (Derrama una lágrima).

Marcelo: (La abraza) Lo haremos, tenlo por seguro, al igual que salvaremos tu reino…

Nélida: Gracias Marcelo, has hecho un gran trabajo por mí…

Marcelo: No pasa nada… Lo hago porque es lo justo y por…

Marcelo y Nélida se miran fijamente… Sus labios cada vez se juntan más y más… parecían que sus almas se iban a fundir en un beso pero de repente un ruido despertó la alarma de Marcelo.

Marcelo: ¿Qué es eso?

Nélida: ¡Es un hombre! ¡Vamos a preguntarle!

Marcelo: ¡Señor! ¡Señor!

Señor: Hola... ¿Necesitáis ayuda?

César, Vito y Petra seguían su camino para encontrar brújula y mapas.

Vito: No sé por qué hemos dejado solos a los dos tortolitos…

César: Vito, ¿por qué siempre hablas del amor con tono despectivo? ¿No eres correspondido?

Petra: Jaja, por dios, hombres hablando de amor… ¡Que blandos que sois! ¿Vosotros sois hombres? ¡Un hombre es una persona con valor y sin sentimientos!

Vito: Y una mujer es una persona sensible y una persona a la que no le gustan las espadas y mírate a ti…

Petra: (Mira de reojo a Vito) Mejor cállate, porque tienes las de perder… Yo soy  así para demostrar que una mujer no tiene por qué ser inferior al hombre.

César: Para mí no hay sexos, hay personas.

Vito: Ya está con sus citas filosóficas…

De repente los chicos se pararon en seco, se habían topado con un árbol hermosísimo, era un gran árbol robusto, alto, con hojas verdes llamativas y unos frutos rojos que nada más verlos te daban ganas de llevártelos a la boca.

César: ¡Es precioso! ¡Tenemos que coger de esos frutos!

Petra: Yo voy a comerme uno…

Petra alcanzó la mano y cogió un fruto rujo, lo palpó y se lo llevó a la boca.

Petra: Pues tampoco es algo del otro mundo, te entra más por los ojos que por… (Cae al suelo).

Vito: ¡¡Petra!!

César: ¡Dios mío que le pasa!

Petra en el suelo comenzó a agitarse y le salía espuma por la boca.

Vito: ¡¡¿Pero qué le pasa?!!

César: ¡¡Rápido ve a buscar a Nélida y Marcelo y a pedir ayuda!!

Mientras tanto, Nélida y Marcelo estaban hablando con aquel hombre.

Señor: Así que ¿estáis buscando brújulas y mapas?

Marcelo: Sí, nos saquearon y nos hemos quedado sin ellas…

Señor: Pues estáis de suerte, en mi casa tengo brújulas y mapas de sobra… Os lo daré, sois majos, no tenéis pinta de ser como otros piratas…

Nélida: Muchas gracias señor, se lo agradeceremos.

Vito vino gritando y muy acelerado.

Vito: ¡¡Marceloooo!! ¡¡Marcelooooo!! 

Marcelo: ¡¿Qué pasa?! ¿Sucede algo?

Vito: Petra, está muy mal, ha comido un fruto y está agitándose por el suelo… ¡Y le sale espuma por la boca!

Marcelo: ¡¡¿Pero qué dices?!! ¿Estás loco?

Señor: Dios mío… (Da un paso atrás) Ha comido del fruto del diablo… Está endemoniada…

Marcelo: ¿Pero qué dices? ¡El demonio no existe!

Señor: Solo tenéis una cosa que hacer… ¡HUIR DE ELLA! (Se va corriendo).

Nélida: ¡Nooo! ¡¡Pero espera no se vaya!! (Corre tras el señor)

Marcelo: ¡¡Espera Nélida!! ¡¡Lleva cuidado!! Vito, llévame hacia dónde está Petra.

Marcelo y Vito se dirigieron al lugar donde estaban Petra y César. Cuando llegaron allí, para sorpresa de ellos se encontraron a César tirado en el suelo, y Petra no estaba.

Marcelo: ¡César! ¡César!

César: Ah…. Petra…

Marcelo: ¡¿Qué te ha pasado?! ¡¡¿Dónde está Petra?!!

César: (Se incorpora y se sienta) Se volvió loca, me dio un golpe con una roca en la cabeza y se marchó…

Vito: Lo dije, ¿lo dije o no lo dije? ¡Dije que esa muchacha iba a dar problemas!

Marcelo: Al final el señor va a tener razón…. ¡¡Vito quédate con César tengo que buscar a Petra!! (Se va corriendo).

Vito: No si ya… si a mí siempre me toca el trabajo sucio… Que no lo digo por ti César… aunque no estás muy limpito que digamos… bueno… venga vamos a buscar a Nélida.

Marcelo salió corriendo de aquel lugar para buscar a Petra, tenía que impedir que ésta última volviera a hacer otra locura.

Marcelo: ¡¡Petraaaaa!! ¡Petra contéstame! ¡¡Petraaaaaaa!!

Petra (a lo lejos): Marceloooooooooooo….

Marcelo: ¿Petra?

Marcelo oyó la voz de Petra a lo lejos y siguió la voz, miró al frente y vio a la muchacha al final de un gran acantilado…

Petra: Hola Marcelito… voy a volar…

Marcelo: ¡No! Petra… quieta por favor… Petra no hagas locuras….

Petra: ¿Qué locuras? ¡Voy a volar! ¡Sé volar! ¡QUIERO SER LIBRE!

Marcelo: ¡Nooooooo!

Petra dio un paso adelante, Marcelo empezó a correr agobiado frente a la inminente caída de Petra cuando de repente la muchacha perdió la razón  y calló desmallada  hacia atrás sobre tierra firme, Marcelo fue a por ella y la muchacha estaba expulsando espuma por la boca.

Marcelo: Dios mío, ha faltado el canto de un maravedí… ¿Qué te ocurre Petra? 

A la noche los tripulantes estaban en el barco y Petra había vuelto a la normalidad…

Petra: ¡Ahh! ¿Qué sucede? ¿Por qué me miráis a mí?

Vito: ¡Estabas endemoniada!

César: Por poco me matas… 

Marcelo: No Vito, no estaba endemoniada, era una fruta alucinógena, se le han pasado los efectos en cuanto le he dado un antídoto para la alucinación…

Vito: Tu sí que alucinas…

César: Por cierto… ¿Y Nélida?

De repente una voz se oyó procedente de la costa.

Nélida: ¡Chicoooos! ¡Chicooooos!

Los tripulantes del barco se asomaron y vieron a Nélida.

Nélida: ¡¡He conseguido brújulas y mapas!!

César: ¡Bien!

Marcelo: ¡Sí!

Nuestros aventureros pasaron la noche poniendo rumbo hacia Varanasi, sin darse cuenta que en ese barco había un tripulante de más… Violeta estaba en la bodega.