30 de julio de 2012

postheadericon Capítulo 4x10








Era de noche y Rocío venía un poco borracha de un botellón.

ROCÍO: ¡Oe oe oe oe oe oe! Alegría de vivir… (Se tumba en un banco) Que pedo que llevo, ¡y qué noche! 

En ese mismo instante, Jesús pasaba por el parque y vio a Rocío.

JESÚS: ¡Rocío! ¿Estás bien? Estás colorada.
ROCÍO: (Se pone a cantar) Y aunque parezca mentira, me pongo colorada cuando me miras, me pongo colorada… (Para de cantar). Jesús, ¿me ves atractiva?
JESÚS: Eh… ems…. Sí, claro… tienes un cuerpo hecho para el pecado, de eso no me cabe duda.
ROCÍO: ¡PUES ÁMAME! ¡Consumamos nuestro amor!

Rocío se abalanzó sobre Jesús y éste la cogió, se cayeron al banco y comenzaron a besarse.

JESÚS: Que caliente que estás.
ROCÍO: Oh, Jesús, Jesús, uuuuumh ¡DAME FUERTEEEEEEE!


ROCÍO: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Rocío se despertó sofocada de la cama, había soñado, que se liaba con Jesús.

ROCÍO: ¡Dios mío estoy enferma! Esto me pasa por cenar chorizillo criollo, que siempre se me repite.



A la mañana siguiente, Amparo estaba limpiando toda la casa, estaba muy sulfurada y muy cabreada. Sonia, Jesús y Moisés se despertaron.

AMPARO: Mira los Marqueses de Santillana, ¿os preparo el desayuno?
SONIA: Hombre me harías un favor, que le tengo que dar el biberón a Izan.
AMPARO: ¡Ya está bien! ¡Estoy harta! ¡HARTA! ¡Me tenéis hecha una negra! Amparo pa’lla’, Amparo pa’ca’, Amparo hazme el desayuno, Amparo friega los platos. ¡Estoy harta! ¡NECESITO LIBERTAD! ¡Me ahogo en esta casa! ¡Me ahogo!
MOISÉS: Pues abre las ventanas o ve a Urgencias para que te pongan oxígeno.
AMPARO: (Amenaza a Moisés con el plumero) ¿Te crees gracioso? ¡¡¿Te crees gracioso?!!
MOISÉS: ¿Yo? Yo… (Se va corriendo al cuarto de baño) Tengo miedoooo.
JESÚS: Amparo, que sea la última vez que le hablas así a mi hijo.
AMPARO: ¡Pues que sea la última vez que me tenéis aquí limpiando como una negra! ¡Que me lo ponéis todo perdido! ¡Se acabó el machismo en esta casa!
SONIA: Mamá, ¿otra vez con el machismo? Te repites más que el gazpacho.
JESÚS: Amparo, ¿qué te pasa? Tú antes no eras así. Cuando nos casamos por primera vez eras una chica decente, educada, respetuosa, me lo hacías todo, si hasta llegaste virgen al matrimonio.
AMPARO: ¡Oh! Jajajaja, que chistaco, ¡mentira! No llegué virgen al matrimonio, te mentí.
JESÚS: Co… co… ¿Cómo?
AMPARO: ¡Qué te mentí! No llegué virgen al matrimonio, ¡Ja! Pues si hombre, iba a llegar yo virgen por ti, ni que fueras el George Clunny.
SONIA: Creo que estáis empezando a decir tonterías.
JESÚS: Amparo, ¿me has estado engañando durante todo este tiempo? No me esperaba esto de ti (Empieza subir las escaleras muy triste).
SONIA: Mamá, te has pasado.
AMPARO: ¡Qué se joda! Merecía saber la verdad. ¡Me voy! Te quedas tú limpiando.
SONIA: Eh, oye que nooo ¡Que no sé!
AMPARO: ¡Aprendes! (Cierra la puerta y sale al rellano).

Amparo sale del rellano y se encuentra con Lola.

LOLA: Anda mira, ¿Quién te ha visto y quién te ve? Uuh, que pelos me llevas, con todo el dinero que tienes y no ir a la peluquería…
AMPARO: ¡Qué te calles Culopietro! Por cierto, Lola, tu que tienes experiencia en estas cosas, ¿te puedo confiar un secreto?
LOLA: ¡Dolores es una tumba! A ver, cuenta.
AMPARO: Es que… El ginecólogo me ha dicho que tengo la menopausia.
LOLA: (Da una palma) ¡Oh! Ah, jajajaja, la Amparo menopaúsica jaja. Un momento… ¡¡¿Cómo que yo tengo experiencia en esto?!! ¡Perdona que te diga pero mi útero es un cerezo en flor!
AMPARO: Sí, pues lleva cuidado porque como te descuides se te marchita.
LOLA: ¡Uy! Bueno, ¿qué quieres que te diga? Estás menopáusica pues muy bien por ti.
AMPARO: Que estoy fatal y Jesús se ha enfadado conmigo, se me ha escapado que no llegué virgen al matrimonio y vamos que… la he liado parda, hablando mal y pronto. Y es que últimamente no lo soporto no me ayuda a nada, no sé qué puedo hacer…
LOLA: ¿Pero tú que eras? ¿Una guarrilla de esas? Ya entiendo por qué tu hija ha salido tan puta.
AMPARO: ¡¿Me vas a ayudar o no me vas a ayudar?!
LOLA: ¡Ay venga pesada vamos al Eureka!


En casa de los alquilados, Marta bajó las escaleras con una maleta.

MARTA: Chicos, os quiero contar una cosa.
SERGIO: ¿Ya no eres lesbiana?
MARTA: Los milagros no existen, lo siento. Es otra cosa, me voy, Sonia me ha puesto una orden de alejamiento.
ROCÍO: ¡Oh! ¿¡Qué?! ¿Pero cómo te puede haber puesto una orden de alejamiento? La tiraste a la piscina, la intentaste ahogar, la acosas, la… pues no tiene motivos… Bueno, sí, si tiene…
MARTA: Aquí he pasado grandes momentos a vuestro lado, os voy a echar mucho de menos, sois mis mejores amigos.
SERGIO: Como que solo nos tienes a nosotros.
MARTA: Ya, pero bueno…
CARLOS: ¿Y a dónde vas a ir ahora? Tu otro casero te echó.
MARTA: Me iré a la deriva, buscaré un sucio hostal de carretera y tendré que vender mi cuerpo para sacarme algunas perrillas para poder pagar el hostal.
ROCÍO: Pero si tu odias los falos…
MARTA: Prostituta lesbiana, yo no soy ninguna fulana. (Abre la puerta) Adiós…

Marta abre la puerta de casa y se encuentra con Sonia.

SONIA: ¡Aaaaaaaaaaaaah! ¡Atrás!
MARTA: Sonia, ¿por qué me has hecho esto? Yo te amo.
ROCÍO: Soni, tu eres mi amiga, te respeto y te comprendo pero te has pasado con Marta.
SONIA: ¿Qué me he pasado? ¡Pero si es una loca! ¡Está fatal de la cabeza debería ir a algún manicomio para que la curen!
MARTA: Me duele, Sonia perdóname.
SONIA: ¡¿A que llamo a la guardia civil?!
MARTA: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! (Baja corriendo las escaleras).
CARLOS: Pobrecilla.
ROCÍO: Bueno, bueno, vosotros meteros para adentro que voy a hablar con mi Sonia.
SERGIO: Sí, pero tú a mí no me mandas. (Se mete a casa).

ROCÍO: Sonia, ay, tengo que contarte una cosa muy muy muy fuerte.
SONIA: A mí no me marees con tus rollos ¿eh?
ROCÍO: ¡Que he tenido un sueño erótico con tu padre!
SONIA: ¡Que no me marees con tus tonte…! ¡Oh! ¿Con mi padre? ¡Qué fuerte! ¿Te mola? Pero si te sacará treinta años, ¡podría ser hasta tu abuelo!
ROCÍO: Oye no te cachondees que lo estoy pasando muy mal, ¿eh? ¡Qué estoy muy sulfurada!
SONIA: ¿Y por qué no le pides salir? Jajajajajaja, ¡agrégale al feisbuk! ¿O es que tienes miedo de romper una relación?
ROCÍO: Muchas gracias, Sonia, eres de gran ayuda. 
SONIA: Oye que no te enfades si es de lo más normal, si yo también he tenido fantasías sexuales con un hombre maduro.
ROCÍO: ¿En serio?
SONIA: No, jajajajajajajaja.
ROCÍO: ¡Vete a la mierda! (Entra a casa y cierra la puerta).

Jesús en ese mismo momento estaba asomado a la mirilla de su puerta.

JESÚS: Virgen del verbo dulce de María…



Lola y Amparo estaban sentadas en una mesa del bar, tomándose un café u hablando.

LOLA: Tú lo que tienes que hacer es plantarte frente a Jesús con un pedazo de escote y le dices: Este cuerpo es tuyo.
AMPARO: Uy yo escotes, no, no. Eso es de guarras.
LOLA: Amparo, querida, a veces en esta vida hay que ser un poco guarra. Yo de ti dejaría a esa uva pasa que tienes por marido y me iba a la puerta de una universidad a ligar, esos tíos sí que están buenos.
AMPARO: Lola, no todas somos tan putas como tú.
LOLA: ¡Pero bueno! ¡Encima de que te ayudo! Pues ahora recuperas a tu Jesús tú solita. ¡Pues sí hombre!
AMPARO: Que nooo, si es la menopausia que me tiene muy a la defensiva.
LOLA: Uy, sí, es verdad se me olvidaba que tenías esa enfermedad.
AMPARO: Perdona pero la menopausia no es ninguna enfermedad… Ya te llegará a ti, ya.
LOLA: Bueno, ¿le vas a pedir perdón o qué?
AMPARO: Que remedio… ¡Ale venga! Vámonos.
LOLA: Espeeera que no me tome el croissant, que yo tengo que comer tranquila y sentada.

Carlos y Sergio estaban en la barra del bar y lo habían escuchado todo.

CARLOS: ¿Y desde cuando tu madre y Amparo son amigas?
SERGIO: No, si está claro que Dios las cría y ellas se juntan.

En ese mismo instante Jesús entró al bar.

JESÚS: ¡Ey! ¿Qué tal? Esto como siempre vacío ¿eh?
CARLOS: ¿Vienes a tomar algo o decir lo vacío que está el bar?
JESÚS: Tú te callas invertido.
SERGIO: Oye, tu mujer acaba de salir hace un momento por la puerta, ¿cómo es que no os habéis encontrado?
JESÚS: La he visto salir y me he escondido.
CARLOS: Uy, pues eso está muy feo Jesusito, ¿no es pecado?
JESÚS: (Lanza una mirada asesina a Carlos). Es que no la soporto, lleva unos días que está insoportable, no sé qué le pasa.
SERGIO: A parte de que ella siempre es insoportable, es lo que tiene la menopausia.
JESÚS: ¿¡Qué Amparo está menopaúsica!?
CARLOS: Como lo oyes, yo de ti la dejaría y me iba a con otra, o con otro, jaja, ¿quién sabe?
JESÚS: ¡No me marees engendro del mal!
SERGIO: Fíjate tú que Carlos no es santo de mi devoción pero el chico tiene razón, yo me dejaría de Amparos y me iba con otra más joven. Cuando una mujer le entra menopausia ya ni es mujer ni es nada.
JESÚS: ¿Y tú que vas a saber si no te has casado?
SERGIO: No sé, cosas de la vida.
JESÚS: Lo cierto es que tendría vía libre con una jovencita.
CARLOS: Pues aprovecha esa oportunidad, a lo mejor es un mensaje de Dios.
JESÚS: Oye, pues no lo había pensado. Muchas gracias, ya lo tengo todo claro, me voy.
SERGIO: ¿Pero no te vas a tomar nada?
JESÚS: No, no hay tiempo que perder, tengo que seducir a Rocío. (Se va).

Carlos y Sergio se quedan alucinados.

SERGIO: ¿Es mi imaginación o ha dicho Rocío?
CARLOS: No, no, ha dicho Rocío. ¡Qué fuerte! ¡Le hemos inducido a dejar a Amparo y se va a por Rocío!
SERGIO: ¡Pues yo eso no me lo pierdo vamos!
CARLOS: ¿Pero vamos a dejar el bar solo?
SERGIO: ¡Va! Si no entra nadie…
CARLOS: Pues también es verdad.



Después de salir del bar, Jesús se dirigió a casa de los alquilados, llamó al timbre y abrió Rocío.

JESÚS: Hola Rocío, guapa, ¿tienes azúcar?
ROCÍO: Á…ázucar… umm… ¿blanca o morena?
JESÚS: Morenas, me gustan morenas.
ROCÍO: Oh, ah, jeje, pues a ver si tengo…

Jesús pasó al salón y Rocío se fue a la cocina.

JESÚS: Cuanto polvo tiene esta leja de la derecha ¿no?
ROCÍO: ¡Oh! ¡¿Qué me has dicho?!
JESÚS: Nada, nada… Oye, ¿qué haces esta noche?
ROCÍO: Pues dormir, como todas las noches… ¡Oh! ¿Me estás tirando los tejos?
JESÚS: Hombre, si lo quieres llamar así. Rocío lo sé todo, sé que me deseas, consumamos nuestro amor en el sofá.
ROCÍO: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡SOCORRO! ¡SOCORRO! ¡Para que llamo al Roni y te hace la corbata colombiana!
JESÚS: Yo soy más de pajarita, pero me va bien. (Abraza a Rocío).
ROCÍO: ¡Quitaaaa! ¡Fueraaa!

En el rellano Amparo y Lola oyeron unos gritos.

AMPARO: ¿Ese es mi Jesús?
LOLA: ¡Uy! Está en mi casa vamos.

En casa de los alquilados, Jesús seguía cortejando a Rocío.

ROCÍO: ¡Socorro!
JESÚS: ¡Ven aquí!
AMPARO: ¡JESÚS!
ROCÍO: Aaaaah (Se va hacia Lola y Amparo).
AMPARO: ¿Alguien me puede explicar que está pasando aquí?
ROCÍO: ¡Me estaba tirando los tejos!
JESÚS: Que no, que le estaba pidiendo azúcar.
ROCÍO: ¡Qué mentiroso! Pero si me ha dicho que si me echaba no sé cuántos polvos me ponía derecha.
JESÚS: ¡He dicho que cuanto polvo tenía esa leja de la derecha!
ROCÍO: ¡Oh sí! Ahora maquilla tus palabras.
LOLA: ¡Oy que fuerte! El puritano se ha despendolado jajaja.
AMPARO: Jesús, ¿cómo has podido hacerme esto? ¡Venía a pedirte perdón!
JESÚS: Lo siento Amparo, no sé qué me ha podido pasar, perdóname.
AMPARO: (Le arrea un guantazo a Jesús). ¡Ahora no hay perdón que valga! ¡Fuera de mi casa!
ROCÍO: ¡Eso! ¡Por pervertido!
JESÚS: Pero espera Amparo, lo podemos arreglar.
AMPARO: ¡No hay nada que arreglar! ¡Nuestro amor murió! ¡Ya nada nos une! A parte de una hija y un nieto, tú y yo nada tenemos en común.

Amparo y Jesús se dirigieron al Ático A, en ese mismo momento subieron Carlos y Sergio.

SERGIO: ¿Qué pasa aquí?
LOLA: ¡Hijo! Que Amparo y Jesús se separan.
SERGIO: ¡Mierda! Ya nos hemos perdido como Jesús intentaba ligarse a Rocío.
ROCÍO: ¡¿Cómo?! ¿Qué vosotros lo sabíais? Que mala gente que sois… Es que yo no sé para qué le cuento nada a la Sonia con lo bocazas que es…
CARLOS: Pues yo me siento mal, entre todos hemos provocado esta ruptura.
LOLA: ¿Cómo?
SERGIO: Le hemos dicho a Jesús que dejara a Amparo y se fuera con una muchacha más joven.
LOLA: Entonces la culpa la tienes tú no yo.
ROCÍO: Muy bonito ¿eh? ¡Muy bonito! ¿Y para qué le decís eso? ¡Hemos roto una pareja!
LOLA: ¡Va! A mí eso no me importa, yo sigo con mi vida.
SERGIO: Mamá, que poco corazón que tienes.
LOLA: Ya, el poco corazón que tenía se lo llevó mi Calvin aaaaaaaaaay (llora dramáticamente).


Calvin y Eduardo estaban en el despacho.

EDUARDO: Ya está todo solucionado. Abandoné el coche por un barrio marginal con las llaves puestas, no hay quien lo encuentre.
CALVIN: Gracias a dios… ¿Cabe alguna posibilidad de que la policía encuentre mi coche?
EDUARDO: ¡Que va! Los gitanos ya lo habrán cogido, lo harán pedazos y lo venderán en la chatarra, ya no hay de qué preocuparse.
CALVIN: Dios mío, menos mal, se llega a enterar la policía de que fui yo quien atropelló a Rocío y me da algo.
EDUARDO: Tú lo que tienes que hacer es pasarte de vez en cuando por su casa, para que no sospechen y esas cosas. Por cierto, la policía vino a hacer una entrevista a los que trabajábamos aquí por si vimos algo, si te entrevistan a ti, di que no viste nada.
CALVIN: Está bien.
EDUARDO: Muy pronto te encomendaré un plan, que tienes que llevarlo a cabo a la perfección.
CALVIN: ¿Qué plan?
EDUARDO: Bueno, ya eres una estrella, sin embargo aún no tienes casa ni nada… Ese será tu primer objetivo, conseguir una casa.
CALVIN: ¿Me compraré una nueva?
EDUARDO: No, te comprarás la de tus amigos los alquilados.
CALVIN: ¿Qué? ¿Cómo? No les puedo hacer eso, son mis amigos.
EDUARDO: Ellos te abandonaron y te echaron a la calle.
CALVIN: ¿Pero por qué su casa? ¡Hay millones de casas! ¿Por qué esa?
EDUARDO: Calvin, yo soy tu maestro, tienes que hacerme caso, algún día lo entenderás todo.



En casa de los alquilados, ellos seguían de lo más normal. Rocío iba con toallas para dejarlas en el cuarto de baño y en ese mismo instante Sergio salió de él y se tropezaron. Las toallas cayeron al suelo y Sergio ayudó a Rocío.

SERGIO: ¡Uy lo siento! ¡Qué torpe!
ROCÍO: No, no, si la culpa ha sido mía por no mirar.
SERGIO: Oye, ¿te das cuenta que esta es la típica escena de una serie juvenil en la que dos estudiantes se chocan, se le caen los libros a la chica, los don recogen los libros y se besan? Jaja, y ya ves tú que tontería, besarte yo, ¿a ti? Jaja, quita, quita.
ROCÍO: ¡Oh! Si jeje (Sonríe nerviosamente). Qué tontería besarnos tú y yo… (Se levanta).
SERGIO: Oye, ¿es verdad que le sigo gustando a Sonia? Es que el otro día Marta me amenazó para que me alejara de ella pero como ya no está tengo vía libre.
ROCÍO: ¡Uy no! Que va, bueno, gustarle le gustas, pero ya sabes tú como es ella que un día le gusta uno un día otro… ¡Si hasta se lió con Carlos!
SERGIO: Oh, sí, es verdad. Es una arpía… Pero bueno, yo iré a por ella a ver qué pasa… (Se va y baja las escalaras).
ROCÍO: Vaya por dios… El Tony, El Rony, el Richy, El Ricky y ahora El Sergy, no aprenderé, no.

Carlos estaba en la habitación y escucho a Rocío.

CARLOS: ¡Qué fuerte! ¿Te gusta Sergio?
ROCÍO: ¡¿Pero que dices?!
CARLOS: ¡Qué fuerteee! ¡Te gusta Sergio! (Baja las escaleras).
ROCÍO: ¡Pero cállate no lo grites!

Amparo y Jesús estaban en casa, Amparo estaba tirando sus cosas al suelo.

AMPARO: ¡Y el rosario te lo metes por dónde te quepa! ¡Y la cadena que me regalaste se la regalas a la primera guarra que te encuentres por el camino! Y el evangelio firmado por Monseñor Rouco Varela…
JESÚS: ¡No por favor! Mi evangelio firmado por Monseñor Rouco Varela ¡No!
AMPARO: Vale, no te preocupes, no lo tiraré al suelo. ¡Lo tiraré por la ventana! (Lo tira por la ventana).
JESÚS: ¡Noooooooooooooooooo! ¡Mi evangelio! Era lo más importante que tenía.
AMPARO: Ah, o sea que un simple evangelio es lo más importante que tenías ¿no? ¡Pues a la puta calle! ¡Y tú hijo también! A ver a quién se lo colocas ahora.
JESÚS: Amparo, yo no te conozco.
AMPARO: Pues mejor. ¡Adiós! (Empuja a Moisés y a Jesús al rellano y cierra la puerta).
SONIA: Mamá, ¿no crees que te estás pasando un poco?
AMPARO: No, tiene lo que se merece, tú no te preocupes hija, no caigas en otra depresión que yo te ayudo a superar este mal trago.
SONIA: No si a mí me da igual que te vuelvas a separar, ya ves tú a mí lo que me importa…

En el rellano, Jesús y Moisés estaban con las maletas.

MOISÉS: Ya te dije yo que esa es una malvada bruja y no me equivoqué. 
JESÚS: Yo la quiero…
MOISÉS: Bueno, ¿y ahora a dónde vamos?
JESÚS: Pues no sé… ¡Oh! ¡Ya sé! ¿No han destrozado mi matrimonio? ¡Pues ahora que apechuguen!

Jesús y Moisés se dirigieron al Ático B y llamaron a la puerta, Sergio les abrió.

SERGIO: ¿Queréis algo?
JESÚS: Sí, una habitación para dos personas, buenas noches.
SERGIO: ¿Perdón?


En la profundidad de la noche sobre un espeso barrio marginal andaba Marta.

MARTA: Mírate Martita como has acabado, llevas andando todo el día y has acabado en este barrio espeluznante lleno de gentuza… Y no tienes dónde caerte muerta, y eso que lo único malo que has hecho ha sido amar, amar a la persona equivocada… Tendré que pasar página. ¿Y si duermo en la clínica? No, seguro que con lo gafe que soy me vuelvo a encontrar a mi Sonia, jo…

Marta andaba por un parque y se encontró un coche aparcado con las llaves puestas.

MARTA: ¡Anda mira! ¡Y parece cómodo y todo! Pues mira, no me puedo quejar, dormiré bajo un techo.

Marta cogió las llaves del coche, lo abrió y se acostó en los asientos traseros. No sabemos si fue por obra del destino o simplemente por pura casualidad, pero sí, Marta pasó la noche en el mismo coche con el que Calvin atropelló a Rocío.

1 comentarios:

@jorg_inmy_world dijo...

¡Gran capítulo! Me ha gustado bastante más que el anterior. La trama de misterio se va poniendo interesante, ¿qué coño quiere Eduardo de los alkilados? ¿y dónde se van a ir si Calvin compra la casa? Y en cuanto a la trama del atropello... Pobre Martita, seguro que se carga ella el marrón. :'(

Próxima emisión

los alKilados
Capítulo 44: 'Así fue un viaje místico''
22/06/2012 - 22:10

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